domingo, 30 de enero de 2011

El ser antisocial.

En pleno Siglo XXI, como ya estamos, la existencia de estos “peculiares seres” perturba, en ocasiones muchas, el desarrollo normal de la vida.
El ser antisocial, mantiene aún su característica de monje (del latín monachus, que significa “alguien que vive solo”).
Pero sin embargo, lo raro no es que se encante a sí mismo, que se quiera más que a ninguna otra persona, o que le guste refugiarse en su mísera soledad carente completamente de relación con los “extraterrestres”... Lo curioso, y que por tanto debemos analizar, es su rasgo de carácter más pésimo y pobre (para nosotros), la INHUMANIDAD, toda una “fortaleza” y “virtud” para ellos mismos, que sólo entre su peculiar comuna entienden como tal.
Pensábamos que las atrocidades genocistas cometidas por Hitler durante la II Guerra Mundial, faltas precisamente de HUMANIDAD, no se volverían a repetir jamás en la historia. Sin embargo hoy comprobamos que no era así. Y si me permitís el inciso, creo que será una condena para la humanidad hasta que la Tierra, como ser natural muera.
Es gracioso que se acomoden en una cueva-nido, de la que no quieren salir, y que lo único que les importe en esta vida sea “el descubrimiento del Yo” (de Descartes); sólo YO,YO y más YO. Y por supuesto, después YO. Mísero ese Ego tan poderoso que les ciega la vista hacia la sociedad que les rodea.
Debemos luchar por que no se cometan injusticias tales. Nuestro lema será el grito de: ¡A por ellos, que son pocos y cobardes! No dejemos que nos enajenen la mente de la misma manera en la que ellos están envenenados. Ya están solos esos hipócritas, y más solos acabarán... Al fin y al cabo, el tiempo pone a todo el mundo en su lugar.

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